lunes, 4 de agosto de 2008

Apuntes sobre el estado e ideologías derivadas



Este texto es un extracto del libro "Anarquisme i alliberament nacional"*, elaborado por un conjunto de autores catalanes autodenominados libertarios con una indudable sensibilidad independentista catalana; para ellos, ambas facetas van indisolublemente unidas.
Por su interés nos hemos decidido a traducirlo al castellano:(...)

La esencia del Estado
Cualquier estado se basa en una serie de puntos básicos, de tal manera que las diferentes formas de estado son sólamente las diferentes adecuaciones de este fenómeno a situaciones concretas. El estado es un instrumento en manos de las clases dominantes para perpetuar la apropiación desigual de la riqueza.El estado socialista no es ninguna excepción, sino que precisamente es una de las formas más elaboradas de estado.Estos mecanismos de dominación se basan en unos cuantos puntos comunes:



- La escuela como un lugar de preparación para ingresar en el sistema, y para aceptar sus pautas de conducta
- Unos cuerpos represivos para mantenerlos
- Unos lugares - la prisión y el manicomio- donde aparcar a aquellxs que tengan cualquier forma de conducta disidente
- Una ideología legitimadora, ya sea la religión, el mito del sufragio o el mito de la dictadura del proletariado
- El trabajo como actividad básica, y que, al mismo tiempo, marca las desigualdades sociales
- La concentración del poder

Hasta ahora, todas las revoluciones solamente han cambiado la apariencia externa del estado, pero no el estado mismo, y con ello, los mecanismos y estructuras que lo hacen posible.
Además, todo estado ejerce su dominación sobre un territorio determinado. Las ideologías que quieren perpetuar tanto el estado como su ámbito de actuación son el estatismo y el patriotismo, respectivamente.

Estatismo y patriotismo (estatalismo)

El estatismo presenta al estado como una institución imprescindible para la continuidad de una sociedad.El estatismo puede ser fascista, democrático, socialista, etc., y cada variante tiene sus propios criterios de legitimación.Cualquier opción al margen del estado, se ve tildada de <>, y si además presenta una opción de lucha contra el propio estado, se convierte en <>, <>, etc.

El estatismo, como ideología, se basa en la anulación del individuo a partir de la alineación. Presupone que la sociedad, y al fin y al cabo, que el individuo, no puede vivir sin la tutela del estado. Desde pequeño inculca, en su cerebro, este sentimiento de impotencia y de inferioridad. El estado sólamente puede sobrevivir a partir de la destrucción y sumisión del individuo,
de aquello que tenga de diferente, de único. El fascismo dice que la sociedad ha de ser dirigida por los más capacitados.

La democracia delega la capacidad de decisión de un individuo en políticos profesionales, a partir de la ficción del voto. El socialismo considera al proletariado inmaduro para vivir sin la dictadura de la burocracia.En este artículo sin embargo, interesa más ver la otra ideología, el patriotismo o estatalismo. Este es la ideología que genera el estado para dar una consistencia legítima a los territorios reunidos arbitrariamente bajo sus fronteras, y en última instancia para borrar
las diferencias sociales internas a partir de la exaltación patriótica...

En el primer caso, un estado plurinacional tiene un gran interés en eliminar el componente diferencial que existe entre sus territorios,para llegar a un modelo seguro de administración, basado en una articulación <> cohesionada. La presencia de elementos diferenciales le resulta un estorbo para acabar de imponerse: todo aquello que es diferente, que tiene algo de propio, de autónomo,y no es tan fácil de dominar. Aquí reside el interés en generar esta ideología, que no es otra cosa que la exaltación irracional del estado territorial.Y en definitiva, el estado territorial se ve delimitado por el potencial militar y financiero del estado institucional que, al mismo tiempo,no es otra cosa que un instrumento en manos de las clases dominantes. Si definimos el estado territorial como el ámbito de actuación de estas clases dominantes, el patriotismo es la consolidación a nivel ideológico de un mercado <> (estatal).Si dentro del estado territorial aparecen contradicciones localizadas entre la burguesía, por el ejercicio de su actividad, pueden aparecer patriotismos alternativos al estatal, vinculados a una determinada área geográfica, al estatismo y al interclasismo.Este tipo de patriotismo burgués, que conviene no confundir con el regionalismo, ha de ser igualmente combatido porque se basa en los mismos supuestos que el anterior. No obstante,eso no implica -como creen los sacerdotes anarquistas- que toda reivindicación nacional esté vinculada a un proyecto de nuevo estado burgués.

Existen opciones que mantienen una reivindicación nacional unida a un proyecto de liberación social. Ahora bien, estas opciones se basan en (por ejemplo) el estado socialista de los Países Catalanes, alternativa sumamente limitada porque es aún estatista (el pueblo catalán no es considerado suficientemente maduro como para vivir en autogestión, fuera de la tutela del estado) y patriótica (se basa en un marco territorial obligado). De aquí la necesidad de una
propuesta libertaria que resuelva la liberación nacional fuera del estado y fuera de un territorio obligado (por ejemplo, a partir de la libre confederación) y que lo vertebre dentro de la lucha por la liberación global y por el individuo nuevo (...).

* VV.AA., "Anarquisme i alliberament nacional", edició colectiva a càrrec de: Catarko, La Ciutat Invisible, Col-lectiu Negres Tempestes i Virus Editorial, juny 2007.

El extracto que acabamos de reproducir del trabajo anteriormente citado fue editado en 1987 por El Llamp.Tanto la definición de estado, como los conceptos derivados (estatismo y estatalismo) son susceptibles de precisiones y críticas por la simplicidad a veces de su exposición; sin embargo, nos resulta pertinente valorar la originalidad en el planteamiento, y esto es pertinente, porque la ortodoxia dentro del mundo libertario no ha reflexionado suficiente al respecto. El tema de las fronteras políticas y culturales se confunde sistemáticamente, se mezcla el nacionalismo con el independentismo (cierto que provienen de un origen similar, pero hay elementos que los diferencian entre sí, y en el primer caso alejan y en el segundo caso convergen hacia una concepción libertaria.

No queremos extendernos mucho más al respecto. Nos contentaremos con señalar ciertos argumentos que desearíamos que empezaran a debatirse. ¿por qué se adopta
un marco de organización de organizaciones libertarias con la misma delimitación que el estado que pretenden destruir? ¿hasta que punto están legitimando sus fronteras culturales,
pretendiendo deslegitimar sus fronteras políticas?

Nosotrxs consideramos, como autónomxs y libertarixs en un sentido amplio, que la construcción de toda sociedad se debe hacer de unidades simples a las más complejas. La construcción (en el campo social, asociación) de elementos complejos se hará siempre en base a un previo consenso. Persona, asamblea de personas, coordinadora de asambleas de barrio, comarca, región, nación (pueblo) y coordinadora internacional; serían los pasos a seguir de cara a una deseada revolución social mundial, pero para nosotrxs detenernos a organizarnos bajo una federación española nos parece un error. Lxs catalanxs pueden bien pensar en organizarse antes con lxs occitanxs (nación situada entre Francia y el norte de la península ibérica), corsos, sardos y otros pueblos mediterráneos. Lxs gallegxs pueden pensar que culturalmente se asimilan a los portugueses. Nosotrxs, castellanos de Madrid,podríamos ver más lógico federarnos al mismo nivel con cántabrxs, extremeñxs, andaluces, vascos o almazigs.

No admitimos una federación española porque pasa por encima del deseo de varios territorios, incluidos en el estado español, de dejar de formar parte de él.Nosotrxs no encontramos arraigo en dicho territorio. No nos sentimos identificadxs con el batiburrillo de folklore ibérico que denominan "cultura española". No la reconocemos como tal,
y de hecho, su presunta existencia es la raíz de nuestro desarraigo, de nuestra pérdida de identidad y autoestima colectiva, especialmente aquellxs que vivimos en provincia madrileña y sobre todo, los que malviven en el mar de asfalto que es la capital castellana. No queremos ser más que nadie, no somos mejores que nadie, simplemente queremos volver a existir, volver a sentirnos vinculadxs a nuestra tierra, como cualquier otro pueblo del mundo.



Comunerxs, autónomos, libertarixs... por una castilla libre ¡ni dios, ni patrón, ni estado!
Alcorcón, Móstoles y Vallecas, Mayo del 2008.